Vista desde el este de la trama urbana de La Almoloya en su momento de apogeo. © Proyecto Bastida-UAB
La característica más relevante de El Argar fue la instauración de agudas desigualdades políticas y económicas, que han llevado a calificarla como uno de los primeros Estados de Europa. Sin embargo, su interés no se limita al apasionante tema del surgimiento de las disimetrías sociales permanentes, sino que incluye otras dimensiones muy interesantes para nuestro presente y futuro, como la formación de identidades sociales, las relaciones entre condición sexual, parentesco y género, los vínculos entre violencia y política, y el impacto ecológico de las estrategias económicas.
La sociedad de El Argar y el Proyecto Bastida-UAB
El Proyecto Bastida-UAB se inició en 2008 con un objetivo que se mantiene hoy en día: conocer la formación, desarrollo y colapso de la sociedad de El Argar. A tal fin, se ha desarrollado una investigación arqueológica sistemática en tres yacimientos de la Región de Murcia: La Bastida y Tira del Lienzo (Totana) y La Almoloya (Pliego-Mula). Los tres se sitúan en el área nuclear de la sociedad argárica y cubren toda su temporalidad. Ello, unido a la excelente conservación de sus hallazgos, los convierten en observatorios privilegiados para profundizar en el conocimiento de una sociedad prehistórica.
Tras más de una década de investigaciones, el principal resultado es haber mostrado que la sociedad de El Argar poseyó un nivel de complejidad política y económica equiparable al de una Civilización o Estado. Ello no significa que El Argar dispuso de la misma gama de objetos que otras civilizaciones de su tiempo, como Babilonia, el Imperio Medio en Egipto o la China Erlitou/Xia, sino que todas ellas compartían ser sociedades divididas en clases, fundadas en la explotación económica y la violencia institucionalizada.
La Bastida. Vista del yacimiento desde el este. © Proyecto Bastida-UAB
Los descubrimientos y resultados analíticos que apoyan esta conclusión son de diverso tipo y, en buena parte, proceden de investigaciones a cargo de nuestro equipo o en colaboración con profesionales de otras instituciones nacionales e internacionales. Aunque las líneas de trabajo en curso aportan resultados variados, tal vez los más relevantes podrían englobarse en cuatro capítulos:
1. Urbanismo: la revolución de las ciudades. La vida en ciudades es una característica consustancial a la Civilización. A su vez, la vida civilizada se plasma en una estructuración territorial revolucionaria, que implica fronteras políticas y una jerarquía interna de asentamientos. Las excavaciones en La Bastida han revelado elementos propios de una verdadera ciudad, en un momento y un lugar inesperados para la investigación arqueológica.
- Aglomeración demográfica. La ciudad es, ante todo, un agregado humano estable y a gran escala. Con una extensión de casi 5 hectáreas totalmente cubierta por edificios de piedra, albergó una población de en torno a un millar de habitantes y fue el asentamiento más densamente poblado de la península ibérica en su fase de apogeo, hace unos 3800 años. Fue el primero en afrontar retos inéditos: desde el gobierno de grandes colectividades al mantenimiento de la salubridad pública en entornos de elevada densidad demográfica.
- Sistema de fortificación monumental. La arquitectura y disposición de los elementos defensivos de La Bastida la convierten en un ejemplo único en la Europa continental de su tiempo. Informa de nuevas formas de combate especializadas y de innovaciones poliorcéticas cuyo parecido más próximo en el espacio y en el tiempo se sitúa en la periferia de las civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo oriental. La Bastida materializó una ruptura respecto de la tradición peninsular de la Edad del Cobre y fue síntoma de un poder territorial dotado de una fuerte base militarista.
- Ingeniería y gestión del agua a gran escala. El agua es un recurso básico para la vida humana, que se convierte en estratégico con el paso a la vida urbana. En uno de los barrios de La Bastida, se construyó la mayor estructura de almacenamiento de agua de la prehistoria europea: una balsa provista de un dique de casi 21 m de longitud y con capacidad para más de 300.000 litros. La balsa, al igual que la cisterna situada a las puertas de la ciudad, captaban aguas por gravedad. A estos depósitos se añade un acueducto subterráneo tallado en la roca de más de 70 m de longitud, que aportaba agua intramuros desde un punto de abastecimiento exterior. La provisión de agua era crucial tanto para las actividades económicas como para la supervivencia en situaciones de asedio.
- Ciudad o capital. “Ciudad” significa convivencia y diversidad, habitar en una comunidad formada por colectivos con funciones y labores muy diversas, en ocasiones incluso opuestas. En La Bastida se identifican barrios donde diferentes grupos humanos desarrollaban oficios especializados. Pero, además, ninguna ciudad se basta a sí misma, ni se limita a sus muros. La Bastida llegó a ser una auténtica capital que dominaba un territorio de unos 3.000 km2 del que extraía alimentos, materias primas y recursos humanos. Una red de enclaves administrativos y artesanales, como el excavado por nuestro equipo en Tira del Lienzo, enlazaba el campo con la ciudad, en el marco de una organización centralizada.
La Bastida. Vista del sector ocupado por el sistema de fortificación y la conducción de agua tras la campaña de 2018. © Proyecto Bastida-UAB
2. El “Primer Parlamento europeo”: la arquitectura del gobierno y del poder. La política impregna nuestra vida de una forma o de otra, pero no siempre ha sido una actividad a cargo de especialistas, ni ha contado con instituciones para su ejercicio. Como sucedía con el urbanismo, también ahí ciertas sociedades franquearon un umbral inédito. Las excavaciones recientes en La Almoloya han sacado a la luz un recinto especializado en la reunión y deliberación política. En esta “Sala del Parlamento”, una cincuentena de líderes y representantes tomaban decisiones de gobierno que afectaban la vida cotidiana de miles de personas.
La “Sala del Parlamento” formaba parte de una amplia residencia que podemos calificar como palacio. Allí residía un grupo aristocrático de aquella sociedad, en el marco de una abigarrada trama de edificios residenciales y económicos que ha podido reconstruirse casi por entero sobre una superficie de casi 3.000 m2. A unos 40 km de La Bastida y sobre un promontorio único por su control estratégico, La Almoloya era su complemento dentro de un complejo territorio político.
La Almoloya. Vista desde el noreste de la “Sala del Parlamento” tras su consolidación en 2015. © Proyecto Bastida-UAB
3. Ideología, identidad y espectáculo: la muerte en casa. La sociedad de El Argar ofrece la posibilidad única de conocer tanto los espacios de vida como los contextos funerarios, ubicados bajo el suelo de los asentamientos. Los cadáveres eran depositados en posición fetal dentro de vasijas, cistas de piedra o cuevecillas artificiales. Nuestras excavaciones han permitido descubrir más de 200 sepulturas, en cuyo interior reposaba una parte de los miembros de la sociedad argárica.
La Almoloya. “Tumba principesca” en urna cerámica (sepultura nº 38), uma vez expuestos los dos cadáveres y las ofrendas asociadas. © Proyecto Bastida-UAB
El estudio de los esqueletos y de las ofrendas que los acompañan, manifiestan las profundas diferencias económicas que separaban a las personas, unas diferencias perpetuadas mediante disposiciones hereditarias para la transmisión de derechos y privilegios o, inversamente, para vedar su disfrute.
La Almoloya. “Tumba principesca” (sepultura nº 38): recipientes cerámicos de ofrenda. © Proyecto Bastida-UAB
Pero las sepulturas no sólo denotan diferencias económicas, sino que connotan valores compartidos.
- El individuo como centro de la representación social. Impresiona comprobar la persistencia secular de un mismo ritual funerario, pese a que cada uno de los miles de funerales particulares tenía lugar lejos de la mirada pública.
- La condición sexual como condición social. Nacer hombre o mujer suponía asumir roles sociales específicos que se reflejaban en la muerte mediante una disposición diferencial de los cuerpos y, en parte, por la asignación de ofrendas características.
En suma, toda la riqueza ideológica de una sociedad compleja sintetizada en el espectáculo funerario, como en pocos casos nos brinda la prehistoria.
La Almoloya. “Tumba principesca” (sepultura n.º 38): adornos y apliques de plata y oro. © Proyecto Bastida-UAB
4. El medio ambiente como soporte físico de la vida social. El sureste de la península ibérica es una de las regiones más áridas de Europa. En una época en que la preocupación por la sostenibilidad ambiental es central, resulta importante conocer el papel de la acción humana en la degradación ambiental con el fin de mesurar sus efectos. A este respecto, los resultados sugieren que las condiciones ambientales en época argárica eran más húmedas que en la actualidad, y que la agricultura fue viable sin necesidad de grandes infraestructuras de regadío. Sin embargo, también se ha detectado la sobreexplotación del medio, degradado por las exigencias excedentarias del sistema económico.
Palabras finales
El enriquecimiento del legado arqueológico y los logros científicos a raíz de las investigaciones en La Bastida, Tira del Lienzo y La Almoloya y del Proyecto Bastida-UAB se basan en una filosofía de trabajo en equipo y en una concepción de la arqueología como actividad productora de conocimiento por y para la sociedad. Una perspectiva interdisciplinar y sistemática, desde la excavación de yacimientos a la difusión de descubrimientos y resultados adaptada a distintas audiencias y en distintos formatos, ha de ser la clave para acercar a nuestro presente un pasado sorprendentemente actual en sus enseñanzas.
Para saber más
http://grupsderecerca.uab.cat/asome
https://es-es.facebook.com/LaBastida.Totana/
Contenido patrocinado por:
Comentarios recientes